viernes, 11 de junio de 2010

Noticias de nuestras Comunidades Originarias


Invitación para el Hue Tripantü (Año Nuevo)

Recibí un texto que me llenó de alegría. Ustedes saben, amigos lectores, que estoy vinculada a las comunidades originarias, no solo de San Luis, sino de Buenos Aires, La Pampa y Chaco, entre otras.

Compartiremos un nota de Germán Carlos Canuhé, Lonko de la Comunidad Rankulche Willy Kalkin, pero además, desearía agregar brevemente un acontecimiento que está por suceder como cada año, para el 24 de junio.

Celebran el Hue Tripantü (Año Nuevo). Recibí una especial invitación
para asistir a Levucó en La Pampa, lugar donde reposan los restos del que fuera uno de sus más grandes lonkos, Panguitruz Nürü, (Mariano Rosas).

Allí hay una noche en vigilia, con cantos y música. Por la noche se prende el fuego ceremonial y por la mañana, a la salida de Antü, (el sol) hacen sus rogativas. Y su invitación, termina con un saludo especial: Amuchimai. Es una vigilia al aire libre y ni las bajas temperaturas harán que se apague este fuego que hay en sus corazones, desde siempre. Sería todo un homenaje, poder acompañarlos.

Este fin de semana se celebra el Segundo Encuentro de Culturas Originarias


Los días 12 y 13 de junio de 2010, se celebrará en San Luis el Segundo Encuentro de Líderes de las Culturas Originarias, ocasión en la que dirigentes de distintos puntos del país avanzarán en el objetivo de alcanzar una reivindicación nacional para las distintas etnias.
Así lo anunció la titular del Programa Culturas Originarias, Pascuala Carrizo Guaquinchay, de San Luis, Argentina, al referir que “la actividad destinada para este fin de semana se desarrollará en el Hotel Internacional Potrero de los Funes, habiendo ya confirmado su participación representantes de diversos puntos de la Argentina, como también esperamos contar con la presencia de referentes de Bolivia, Perú, Paraguay y México”.
Para la ocasión, el objetivo fijado es seguir avanzando en las acciones tendientes a lograr la reivindicación de todos los pueblos originarios, teniendo como base el documento firmado durante el primer encuentro (realizado también en San Luis, del 29 de abril al 2 de mayo), informó la funcionaria, recalcando que “la intención radica en poder brindarles a los funcionarios de las distintas jurisdicciones del país, las herramientas con las cuales se pueda avanzar en el reconocimientos de los derechos para los pueblos originarios”.
Sobre eso último, Carrizo Guaquinchay acotó que “al parecer nunca se supo cómo hacer, por lo que el objetivo en estas reuniones es conseguir, mediante el diálogo y el debate, aunar criterios para diseñar las herramientas adecuadas”.
Los interesados en obtener mayor información sobre el encuentro, podrán requerirla en el Programa Culturas Originarias, cuyas oficinas se encuentran en avenida Illía y Junín, 2° Piso, también a los teléfonos 02652 - 423479 /423957 / 443464, a través del correo electrónico: astica_huarpe@yahoo.com.ar o llamando al móvil 02652-15503056.



Un comentario de Germán Canhué acerca de una publicación

El Diario La ARENA, de La Pampa, aunque últimamente con algunos claroscuros, es uno de los pocos medios que se ocupa y preocupa por la cuestión indígena.

Diría que desde que decidimos nuestro retorno, allá por 1983. Y esta nota Editorial lo confirma. No siempre coincidimos, como cuando nos quiere endilgar el mote "mapuche". Con el mayor de los respetos por nuestros hermanos que decidieron aceptar ser denominados así, no somos ni seremos "mapuche" simplemente porque somos "rankülche", y estamos muy orgullosos de serlo.

Con el apoyo de la Provincia de San Luis, (y agrego: el constante apoyo del Gobernador, Alberto Rodríguez Saá) hemos escrito un libro que se las trae. "Los Rankülche sobre la huella de Mansilla", llamado a ser un éxito editorial, no por el vuelo académico que pueda tener sino por la verdades documentadas que los lectores encontrarán en él, verdades que la historia oficial se cuidó muy bien de mantener ocultas y que ahora ven la luz.

Por ejemplo el tema "tierras". Allí queda claro lo que bien dice "La Arena", no fue el triunfo de la civilización sobre la barbarie, sino la apropiación de tierras por y para unos pocos a costa de una Nación, habitante desde tiempos inmemoriales del Centro de la actual República Argentina, que no sólo quería vivir en paz sino que fue parte crucial, decisiva, aportando hombres y caballos para el ejército de San Martín que liberaron Chile y Perú, además se negó a firmar un Tratado con los españoles que a través de su territorio querían recuperar Buenos Aires dando fin de este modo a la revolución de Mayo. Y sí, lo firmó con las Provincias Unidas en Sudamérica, transformándose de este modo en la primera Nación Soberana en reconocer al Gobierno Patrio.

Traicionada, al igual que aquellos primeros patriotas, el pago que recibió fue el despojo de su territorio, por testaferros que obedecían órdenes provenientes desde el otro lado del mar. Así siguió, así sigue, Argentina, y el continente. Latifundistas, terratenientes, multinacionales, además de llevarse todo lo que posea algún valor, hoy vienen por lo poco que nos queda. Con la complicidad de gobiernos que son cómplices por acción u omisión. La tierra que actualmente poseemos no servía para nada, apenas para que un indio pudiera subsistir. Hoy está teniendo algún valor. Y allí están los cuervos, que nunca dejaron de sobrevolarnos, dispuestos a abalanzarse sobre ella. Pero ahora no les va a ir bien. Estamos organizados. Tenemos leyes que nos costó mucho hacer aprobar, como la misma Constitución. No se aplican, pero están. Son operativas. La Justicia nos da la razón.

No podemos, no debemos, no vamos a ceder. Porque además estamos unidos. Mal que les pese a los muchos intentos que han hecho y se siguen haciendo para dividirnos, seguimos juntos. Y cada vez somos más. Y esto es un hecho irrebatible e irreversible. Que nos permite afirmar: "Basta, no nos provoquen. No queremos cometer el mismo error que cometieron sus antepasados. Queremos convivir. Las circunstancias actuales así lo exigen"

No es justo que por la apetencia de unos pocos, como ocurriera en 1878, sufran las consecuencias muchos. Para aquellos que no están compenetrados en la historia, les hacemos saber que considerando los Tratados firmados entre nuestra Nación y el Estado Argentino que nos reconocía como Nación Soberana, sumado a que fuimos atacados sorpresivamente estando en vigencia un Tratado de Paz, que la Constitución de 1853 decía: "...conservar el trato pacífico con los indios...", que se apropiaron de nuestro territorio "sin nuestro consentimiento libre e informado", por lo tanto en forma ilegal, que jamás capitulamos, y finalmente, si Argentina se cree con derecho a reclamar el Territorio de la Islas Malvinas, por considerar que las poseía en el tiempo en que Inglaterra las usurpó, el mismo Derecho nos cabe a la Nación Rankül respecto a nuestro territorio.

Casualmente el diálogo que Argentina reclama a Inglaterra, es el mismo que nosotros venimos reclamando al Estado Argentino. Y obtenemos por ahora la misma respuesta: El Silencio. Por lo tanto, a los potenciales usurpadores, les decimos: no sigan tirando de la cuerda. Esta puede llegar a cortarse. Amuchimai.

Germán Canuhé - Rankül - La Pampa - Centro de Argentina
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Diario La Arena
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sábado 5 de Junio de 2010.

La conquista no terminó

El reciente reclamo de los pobladores del oeste pampeano ante los diputados provinciales viene, otra vez, a poner el problema de la tenencia de la tierra en la agenda política.

No son nuevos los planteos, lo cual evidencia que los "representantes del pueblo" en los poderes Ejecutivo y Legislativo siguen adeudando una solución para los comprovincianos que están arraigados y viven desde hace muchas décadas en las áreas más inhóspitas de nuestro territorio provincial, haciendo ocupación efectiva en aquellas alejadas extensiones.

Según explicaron por enésima vez, la demora en traducir en hechos las promesas de regularizar la titularización de las tierras sigue provocando malestar e incertidumbre. Porque siguen apareciendo forasteros que, portando los "papeles" que ellos no tienen, instalan alambrados y avanzan sobre sus territorios.

Esta indignante situación revela que la denominada "conquista del desierto" no terminó. Es sabido que en el diseño de aquella "cruzada civilizatoria", el manejo de la ley y del Estado nunca estuvo en función de una distribución equitativa de la tierra. Al contrario, el avance sobre los territorios en donde vivían los indígenas, hecho a sangre y fuego con un costo altísimo en vidas y desarraigo, fue realizado por el Estado con la ley en la mano. Y esa ley fue la que justificó el despojo y la apropiación de las mejores tierras para unas pocas pero muy poderosas familias aristocráticas de nuestro país. Esos "ilustres" apellidos fueron los que suscribieron los bonos que financiaron -en grado mínimo, por supuesto- las sucesivas campañas militares.

Muchos de los sufridos pobladores que hoy siguen denunciando esta situación de injusticia son descendientes de los pueblos originarios derrotados y confinados en los rincones más apartados. Quedaron allí, olvidados en esas lejanías, como silenciosos testigos de la tragedia en que concluyó aquel "choque de civilizaciones". Pero en las últimas décadas, el corrimiento de la frontera agropecuaria como resultado de una combinación favorable de factores tecnológicos y climáticos, tornó atractivos los campos que antaño fueron "descartados" por improductivos.

Los puesteros advierten que, mientras se demora la regularización de los títulos de propiedad siguen apareciendo alambrados que seccionan los campos adonde viven. Y dicen también que esa situación puede derivar en actos de violencia pues no quieren seguir siendo observadores pasivos de la usurpación de las tierras que ocupan desde hace varias décadas.

Esa falta de documentación les niega también la posibilidad de cobrar el derecho de servidumbre a las empresas que exploran y explotan hidrocarburos en el extremo sudoccidental de la provincia.

El mayor pecado de los oesteños es que están lejos, demasiado lejos de la "civilización". Por lo tanto es un problema que "no se ve" en este capital. Tiempo atrás, un diputado consciente y sensible ante el problema se vio obligado a llamar la atención trasladando su despacho a uno de los puestos de aquella zona. Sólo así logró quebrar la indiferencia de sus pares y pudo avanzar en la solución de algunos de los problemas.

Pero es evidente que todavía resta mucho camino por andar para atender los legítimos reclamos de nuestros comprovincianos.


Hipervínculo:
http://www.laarena.com.ar/opinion-la_conquista_no_termino-48495-111.html


En la Foto: GERMÁN CANHUE-LONKO RANKULCHE