jueves, 16 de abril de 2009

El crucero de la vida

En mi semblante taciturno
De noches apaciguadas
Hay cantos desnivelados.

Pliego en mi rostro
De resignados cruceros…
Las novedades de los años

Cuelgo en el, pesares
Nunca olvidados…
Amortizados por días felices

La noche, se muestra desnuda
De complacencias
En tanto el día, me luce sin permiso.

En mi pradera yerma de amor
Pastan las negaciones
De ternuras dispersas y lejanas…

Me encierro aquí, ya decidida
En el último tumulto de mi vida.
Y oculto, por siempre las hojas de mi historia…